sábado, 18 de agosto de 2007

¿¿Experiencia o Apariencia??


Experiencia y no Apariencias


Sin pensarlo encontré muy interesante lo que uno de los chicos de mi iglesia escribió en su flog, me hizo pensar en este tema. Dos palabras muy distintas pero creo que como cristianos cometemos el error de mezclar. Según el diccionario secular esto es lo q significan…

Apariencia:
Cosa que parece y no es. Disimular la realidad para evitar habladurías o críticas. Idear la explicación de un hecho observable sin certidumbre de la verdad. Manifestar o dar a entender lo que no es o no hay.

Experiencia:
Hecho de haber sentido, conocido o presenciado alguien algo. Práctica prolongada que proporciona conocimiento o habilidad para hacer algo. Conocimiento de la vida adquirido por las circunstancias o situaciones vividas. Circunstancia o acontecimiento vivido por una persona.

Ahí momentos en los que tal como lo define el diccionario, buscamos mostrar apariencias para evitar comentarios o criticas, a veces como jóvenes sentimos tan fuerte la presión de ser jóvenes intachables que comenzamos ha aparentar lo que realmente no estamos viviendo, muchas veces me he hecho esta pregunta… ¿Cuánto tiempo hemos perdido aparentando lo que no estamos viviendo en nuestro interior? Frente a nuestros hermanos…
Por ejemplo: Hay hermanos que han vivido toda una vida dentro de nuestras iglesias, pero de todos esos años cuanto tiempo han estado allí por apariencias. Porque el ir a la iglesia cada domingo se ha vuelto parte de una rutina, parte de las actividades de mi semana.

Ahora quiero comentar un poquito de la otra palabra, “la experiencia” de los años, meses, semanas o talvez días que llevamos en el evangelio, ¿cuanto tiempo ha sigo experiencia y no apariencia? Hemos tenido momentos donde sentimos al Señor, oímos su voz claramente, sentimos que nos guía que nos llama, que esta ahí justo al frente en ese momento cuando creemos que estamos solo y sentimos que El hace sentir su presencia para que no sintamos esa soledad. Conocemos realmente al Dios que servimos al Dios que adoramos, al Dios a quien invocamos. ¿O es solo conocimiento? ¿Hemos VIVIDO una experiencia nosotros solos con Dios? o nos contaron como es tener una experiencia con Dios y tratamos de aparentar que nosotros también la vivimos.

¿Cuanto tiempo perdemos aparentando? ¿Cuánto tiempo dedicamos ha no aparentar sino a vivir experiencias? ¿Cuánto tiempo buscamos sentir la presencia de Dios? ¿Cuánto tiempo invertimos en conocerle a El? No tan solo conocimiento sino todo lo que El es. ¿Cuánto tiempo buscamos sentirnos hijos, en sentirnos mimados, acariciados por El? ¿Cuántas veces El ha secado tus lagrimas? ¿Cuántas veces El ha levantado tus brazos, cuando han permanecido tiempo caídos?

Creo que sin querer muchas veces cometemos el error de comenzar a vivir apariencias con El Señor, aparentamos lo que no existe, aparentamos vivir una relación con Dios, aparentamos incluso en los cultos sentir la presencia de Dios, cuando en realidad ni siquiera estamos a cuentas con El.
Con el correr del tiempo entendí, que mi relación con Dios, es algo que no necesito aparentar porque cuando vivimos esa relación con El, es algo que se refleja, es como un espejo de nuestro interior que se ve reflejado en nuestros ojitos, en nuestras palabras, en todo lo que hacemos en nuestro diario vivir, se refleja esa relación esa comunión esa EXPERIENCIA con nuestro Señor.

A el Señor no le sirven nuestras apariencias porque El ve nuestro corazón y sabe muy bien cuando nuestro corazón no esta en la misma melodía de nuestros actos. El sabe muy bien cuando lo que hacemos o demostramos es lo que esta en nuestro interior, El sabe cuando nuestro exterior esta en directa conexión con nuestro interior. El busca de nosotros experiencias, que podamos vivir momentos con El, que cuando hablemos podamos contar experiencias que hemos vivido con El y no historias inventadas por nuestro cerebrito, sino momentos, minutos talvez solo segundos pero vividos realmente.
A Dios no tenemos que aparentarle nada. Porque no le pedimos a El que no ayude a ser sinceros con nosotros mismos y con El también por supuesto, y que podamos vivir experiencias de fe, experiencias de amor, experiencias en su presencia… Como jóvenes podemos pedirle a El que nuestras vidas enteras sean vidas de continua comunicación con El y que las experiencias que vivamos con El nos ayuden día a día a crecer junto a El. Que lleguemos a nuestros años de vejez y podamos contar EXPERIENCIAS y no APARIENCIAS de vida.

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